TALLER DONDE SE REPARAN ALAS
Descubrí una tarde de Noviembre pululando en la cocina, encendidas de prisa, «las musas». Cerraban y abrían cajones, danzaban suaves y nerviosas, con sus tutus de colores y sus zapatos de goma, unas volaban, otras en cambio tras un aleteo fuerte de alas no emprendían vuelo. Era el momento de hacerlas volar.